16 octubre 2021
– Andar desnudo por la vida provoca ciertas complicaciones.
– La primera de ellas es que te conviertes en un ser vulnerable, ignorable y hasta indeseable, según qué tipo de desnudez sea la que muestre tu cuerpo o tu intelecto.
– Pero andar desnudo, vivir desnudo, rezar desnudo, pensar desnudo, también ofrece algunas virtudes.
– La primera es que puedes meterte en la cama de una forma mucho más rápida, cómoda y sensualmente, más fácil de obtener resultados a corto. Vivirás sin hipotecas físicas, morales o intelectuales, vivirás con gran fruición y, especialmente, vivirás libre y sin grandes ataduras a las normas de la hipócrita moralidad de la Sociedad que te ampara, te dirige y anula tus virtudes. Serás libre de pensamiento y vivirás en un mundo donde la falsedad, la infidelidad y la irracionalidad, no esté presente.
– Pero la ventaja más importante de andar desnudo es que nunca te preocupará morir igual que naciste.
PD: Elucubraciones de un fin de semana sin socialización, ni movilidad, alguna. «Disculpen».
Qué magnífica definición a modo de resumen de todo lo que he querido contar aquí, amiga Paz. Vivimos y queremos seguir viviendo, en esa impensable playa nudista.
Un abrazo fiel, querida amiga
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Mejor esa desnudez que ropajes falsos e hipócritas. Así no tienes que esconder nada porque todo está a la vista de lo que verdaderamente eres y tienes. Una gran filosofía. ¿Disculparte? Me encanta «esa playa nudista» No has de guardar la ropa…porque la llevas siempre «puesta» Un abrazo de otra nueva semana..
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Desnudo siempre, Alfonso. Tienes razón, nos vamos como nacemos.
Un abrazo, escritor.
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Buenas tardes, Enrique. «Ligero de equipaje, casi desnudo», dice el incomparable Antonio Machado, al referirse al último viaje. Pero en lo que la nave va, mejor desnudo que mal acompañado. Vulnerable lo eres siempre. Un abrazo.
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