17 junio 2020
Esta madrugada tuve un sueño: Una voz lejana me decía … ¿Enrique, por qué nunca te atreves a decir lo que piensas? ¿De qué tienes miedo? ¿Te asusta lo que puedan pensar de ti? ¿Crees que te odiarán por llevarles la contraria o contar lo que no está en su línea de pensamiento? ¿Qué te pasa, Enrique, tienes miedo de algo?
Al despertar, estuve un buen rato sentado en el borde de la cama y hurgué en el escenario de mis imaginaciones para saber si eso lo había soñado o una voz amiga me lo había instalado en mi oído bueno. Creo que, ya, nunca lo sabré pues al segundo siguiente de llegar a esta conclusión pensé que hay cosas que suceden sin que lo podamos evitar aunque, muchas veces, parece una especial paramnesia, es decir, que ya las hayamos vivido.
Pero una vez, encarrilada mi vida de hoy, es decir, ya he juntado tibia y esquina de la cama, me he dado el susto al verme en el espejo y he chorreado todo el suelo del baño tras mi ducha diaria, es justo entonces cuando me doy cuenta que la vida es la que es y por si alguien lee este contenido y se siente aludido o aludida, escribiré aquí algo que yo no lo dije, es solo lo que le dijo Camus a su mejor y mayor querida:
“Querida, en medio del odio, encontré que había, dentro de mí, un amor invencible. En medio de las lágrimas, descubrí que había, dentro de mí, una sonrisa invencible. En medio del caos, descubrí que había, dentro de mí, una calma invencible. Me di cuenta, a través de todo, que… En medio del invierno, encontré que había, dentro de mí, un verano invencible. Y eso me hace feliz. Porque dice que no importa cuán duro el mundo empuje en mi contra, dentro de mí, hay algo más fuerte, algo mejor, empujando hacia atrás. Verdaderamente tuyo, Albert”
Feliz estancia ante el resto de vida que nos queda, queridos y escasos followers, la vida es la que es, la que hemos merecido tener, lo demás, lo demás no importa a nadie, ni siquiera a los tuyos, a los nuestros, pero es bella en cualquier condición.
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Esas pequeñas cosas 
Gracias querida amiga Paz. Ya sabes, el hombre tarda muy poco en hacerse viejo, y mucho en hacerse sabio..
Un abrazo muy fuerte
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Eres un encanto, Úrsula.
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Pues no es ninguna homilía y lo he leído con atención porque me parece que encierra mucha sabiduría. Una vez más, gracias!
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Siempre hay alguien cerca que no se atreve a decir lo que piensa y no sé por qué. Cierto que hay parcelas inviolables que jamás podrán abrirse, pero otras sí, pero cada cual es como es. No sé si la vida es la que debe ser, pero es que no hay recambio. Quejarnos de nada sirve, aunque como bien dices muchos días, tengamos el derecho al pataleo. Y mirar para atrás tampoco soluciona nada. Lleva razón Albert, somos invencibles frente a todo o casi, ya sabes, y los que hemos llegado hasta aquí sabemos bien del empuje de eso que llamamos vida. Bella y bellos tus escritos siempre. Al menos, y eso es difícil en los tiempos que corren, te dan a pensar.
Un abrazo.
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Eres muy joven, Úrsula, quizás a esa conclusión a la que llego de que tenemos la vida que merecemos, la tengas tú cuando llegues a la edad mía.
Hay quien vivió un mundo de infidelidades, no siempre amorosas, pues hablo, también, de infidelidades profesionales o laborales, infidelidades con los amigos, con las ideas.
Si lo que hiciste fue hacer prevalecer tu verdad por encima de la de cualquier otro que hubiese intentado darte un buen consejo en su momento, entonces, casi siempre, pagas las consecuencias, las cuales no siempre son aparentes pues, demasiadas veces, quedan dentro de nosotros y sin cocinar, y esas son aquellas que el poeta llamó, nuestro ocultos y queridos fracasos, aquellos que nos hicieron tan felices entonces … y quizás ahora, decimos.
Decía mi Madre: Lo importante no es ser feliz, lo importante es creérselo. Creerse haber tenido o tener, una feliz vida, es una buena solución experimental en cualquier humano.
Disculpa esta homilía, Úrsula, y digo disculpa porque lo más probable es que no te haya aclarado nada.
Un abrazo de miércoles.
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Tu post de hoy es especialmente bello, Enrique. Me ha encantado, un reflejo filosófico … tuyo, se me antoja (o al menos así es como yo te veo o te percibo), como un verano invencible.
En lo único que no estoy del todo de acuerdo es en que ‘la vida que tenemos sea SIEMPRE la que merecemos tener’ (¿?)
Abrazos
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