19 junio 2020
Un amigo de los de toda la vida, ahora en ERC, me manda un mensaje en el que se ve al anterior Jefe del Estado, (JC I), en una declaración retrospectiva, defendiendo el cumplimiento de las leyes, la honradez de los políticos y su honestidad, la de los políticos y la propia, y claro, me ha parecido que debía contestarle y lo hice así:
«Yo, querido amigo, ya no creo en nada, ni en nadie, que tenga que ver con la política o sucedáneos, como es el caso. Pura mentira. Solo me quedan las ideas y estas morirán conmigo porque vivimos en un mundo donde noto que la verdad, la lealtad, el esfuerzo, la honradez y la dignidad, ya no tienen cabida.
Ahora, a la gente de hoy, solo importa el culto al body, echar un polvo en cualquier estado, emborracharse lo más a menudo posible y a conseguir un like en cualquier red social por encima de cualquier otro logro.
Por otra parte, y si queremos hablar de ellos, (los mal llamados políticos), resulta que la llamada derecha ignora las necesidades de la gente de a pie y la llamada izquierda odia a muerte a la derecha. Pero, no obstante, en algo están de acuerdo, en derribar de modo indecente y hasta repugnante, al contrario de cualquier manera, (pues el fin justifica los medios), en repartirse la mayor cantidad de cargos, «carguitos» y «carguetes», y olvidarse por completo de lo que les sucede a los votantes.
Este es el Pais que tenemos, el país de las mal llamadas autonomías y del que no se entiende que podamos tener cuatro millones de funcionarios, cuatrocientos mil políticos y que falten médicos, maestros de escuela y que para darte de alta una licencia de ocupación de cualquier negocio, cualquier ayuntamiento tarde entre nueve meses y dos años en dártela. Ah, y no te olvides de que en un país de casi cuatro millones de parados el campo deja sus frutos en la tierra o en el árbol, porque no hay gente para recogerlos.
En fin, querido amigo, disculpa, es que tengo una úlcera en el alma y en casi todas las partes blandas de lo que más duele que es intentar entender el cómo hemos podido llegar hasta aquí y de que valió nuestro esfuerzo para conseguirlo.
Besos a todos y repito, disculpa esta «homilía» y sus lágrimas.«
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Esas pequeñas cosas 
Gracias Úrsula. Es cierto que tengo heridas en el alma y eso, según me dicen algunos amigos, incluido el Cura, se me nota cuando escribo. Quizás sea el momento de proponer soluciones.
Un abrazo querida Úrsula.
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Cierto, querida amiga Paz. Los pilares de nuestra civilización son «Familia, Contrato y Religión» pero viendo como están de ruinosos será la hora de, como decía Groucho con sus principios, si no nos gustan, habrá que crear otros, los cuales, de momento, no los veo venir por parte alguna.
Un abrazo de domingo
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Espléndida reflexión, Enrique!
Nos seguirán quedando las ideas, como bien dices, y por ponerle empeño y deseo … la esperanza de que alguna vez en algún lugar, en esta España nuestra, todos los valores que mencionas vuelvan a tener cabida para no acabar con úlceras en el alma.
Me ha encantado. Un abrazo especial de viernes 😉
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Los valores que para los de nuestra generación representaron la esencia de la familia, la educación, los buenos modales, esos ya no van a volver, salvo que el mundo se hunda bajo un cataclismo, que parece vamos camino de eso, y partamos de cero. Triste tener que vivir eso, pero es así querido amigo. Te invade el mismo sentimiento que a mi que solo nos lacera a los que por suerte hemos vivido otra cosa muy diferente. Un abrazo, deseándote como siempre tu feliz viernes, como puedas o te dejen.
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