23 mayo 2020
– Cuando alguien de la pareja le es infiel al otro, no solo se rompe ese compañerismo, transparencia, y camaradería, pasa mucho más, se rompe también todo lo que tiene que ver con su propia estima, con los valores, y millones de cosas intrínsecas de uno, que de un momento para el otro se convierten en nada.
– No somos nada y nos sentimos completamente vacíos y decepcionados en una manera existencial. No podemos volver atrás, porque de hacerlo, volveríamos a hacer lo mismo, nos sentimos avergonzados y con grandes deseos de aparecer en un lugar distinto y en una era distinta, para no ser reconocidos ni por nosotros mismos.
– Un amigo mío, muy infiel él, decía que… “Solo es infiel el que pillan in fraganti, Enrique, o sea que, sé infiel, pero no dejes que te descubran, porque si lo hacen estás muerto”.
– Si ahondas en esa decrepitud moral, resulta que la peor vergüenza que siente el ser humano que profesa tal praxis, no es el ser infiel, no, lo peor es que se sepa que lo es.
– Una prueba más de que la estupidez humana no tiene límites.
¿Quién no suscribiría lo que dices?
Abrazos, Enrique
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Gracias Úrsula. La evidencia no es la madre de la ciencia pero es todo un peligro.
Un abrazo de lunes
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Serlo y no parecerlo. Más bien al revés de la famosa frase. Estupidez supina desde luego. Feliz resto de domingo.
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Así es, amiga paz. Lo curioso es que este tipo de conductas hipócritas se trasladan, demasiadas veces en gente cuanto más acaudalada, poderosa y religiosa es. No hay más que echar un vistazo en el entorno a veces próximo, muy opróximo.
Un abrazo de lunes
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