Una apasionante historia de cuento o realidad, no sé.
Eres genial, Silvia
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Se hablaban de “usted” a pesar de los 20 años de casados que llevaban; Alicia y Enrique eran muy respetuosos, pero les gustaban las bromas, sobre todo ésas que sólo ellos entendían. Había una especial; la primera que surgió cuando se casaron: En la noche de bodas, ella, tímida, no le permitía besarla y él le había dicho con cara de niño compungido:
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-¿Qui quiere qui haga? – ¡y se rompió el hielo! Porque ella soltó la carcajada diciéndole que había oído.
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-¿Ki ki ri ki haga?
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A partir de entonces, cada vez que él quería hacer el amor, le decía a Alicia tiernamente:
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-¿ki ki ri ki haga?
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Algunas veces delante de otras personas, pero sólo ellos sabían el significado real de esa frase… al menos eso era lo que Alicia creía…
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La semana anterior, en una cena en casa de Livia y…
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Gracias, feliz viernes. Abrazo de luz
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Ya sabes que el honor es mío, querida amiga Silvia.
Feliz jueves
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Hola Enrique, muchas gracias por rebloguear mi cuento, un honor estar en tu blog.
Abrazos de luz
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