Pintura: René Magritte
27 junio 2017
En la hora de mi muerte: (Un canto utópico de quien nunca fue nadie)
Mi mayor desgracia fue eso tan conocido y divulgado por todo mediocre que se precie de ello, de que nunca fui profeta en mi casa, ni para miembro alguno de toda mi familia actual, pasada y futura, no, nunca obtuve un profundo y repetido “Te quiero, te quiero mucho, me encanta todo lo que haces”, no, nunca lo tuve. Nunca fui nadie para ellos.
Me esmeré en ser atento, altruista, dediqué mi vida a intentar ser feliz y a hacer felices a todos aquellos que me rodearon. No lo conseguí, creo que no, pero no culpo a nadie, sí, en esta hora, la de mi muerte, creo que la culpa la tuve yo, no es la culpa de nadie más, seguramente no hice lo suficiente para conseguir ese “Te quiero profundo” o un reconocimiento a mis éxitos, lo cual nunca hallé en nadie, ni en nadie que supiera decírmelo.
Pido al mundo y a todos los míos, que perdonen mis pecados, que nunca más se acuerden de mi, pues alguien que nunca fue, no puede ser nadie, ni de nadie.
PD: etarrago dijo:
Lo cierto, amiga Mar, (y disculpa, primero, por el susto), es que el autor imaginario de esa declaración tiene nombre, sí, le escuché hace ya algún tiempo decírmelo, quizás haga un año o algo más, pero también es cierto que su autor una buena mañana de principios de este mes, desapareció de su casa donde vivía solo y aún no ha aparecido. Los más amigos sospechan lo peor.
Un abrazo, amiga y, ah, nuevamente te pido disculpas por el susto.
Esto lo ha escrito tu yo oscuro, tu alter ego «malosote». Enrique quiere, aprecia y es apreciado. Una gran persona que lo demuestra en sus escritos. Un abrazo
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Gracias por tu interés, Rubia, son solo personajes, creo.
Un abrazo muy fuerte
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Me has dado un susto de muerte porque pensé que estaba leyendo a otro. Porque todos no van a estar ciegos ni todos los que te leemos íbamos a ir con el paso cambiado como el chiste. ¿Que gusta que nos regalen el oido? Sí. ¿Que nos agradan las palmaditas en la espalda? También, pero uno sabe sus límites y hasta donde llega, y es humano y hasta terapéutico que te digan lo bien que lo haces, lo guapo que eres y hasta lo bien que te portas, por decir algo, que seguramente habrá más, pero como esto es un canto a la utopía… pues eso. Buena tarde.
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Lo cierto, amiga Mar, (y disculpa, primero, por el susto), es que el autor imaginario de esa declaración tiene nombre, sí, le escuché hace ya algún tiempo decírmelo, quizás haga un año o algo más, pero también es cierto que su autor una buena mañana de principios de este mes, desapareció de su casa donde vivía solo y aún no ha aparecido. Los más amigos sospechan lo peor.
Un abrazo, amiga y, ah, nuevamente te pido disculpas por el susto.
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Contigo, bueno con tus escritos, me los he llevado más de una vez. Tienes la enorme habilidad de «cohonestar ¿utilizo bien el palabro? realidad con ficción y eso es de muy inteligentes. Dejar al lector con esa duda no lo hacen todos y eso engancha.
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Cohonestas perfectamente, amiga ecdm. Siempre que pienso con el significado de la palabra cohonestar, me acuerdo de quien me la enseñó, (un Ingeniero Jefe de las Obras del Metro de Barcelona, del cual yo dependía en el 70), que al usarla, (la palabra cohonestar), hacía el gesto de fundir una mano con la otra cruzando los dedos de una con la otra.
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Nadie es totalmente culpable, ni totalmente inocente. Me ha dolido esta entrada tuya, que no será verdad porque sí haces felices a mucha gente, amigo, yo siempre soy feliz leyéndote y seguro que muchos más también. Eres muy grande. Besos a tu alma.
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Realidad y ficción, amiga MMP, esa es la incógnita que palntea, siempre, cualquier escrito que hable sobre la muerte.
Abrazo para ti, amiga de linda alma
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Pingback: Elige vivir … interconexiones | Mi cajón de sastre-e – @etarrago
De Lo poco que comparto, se podría decir casi nada, veo el agotamiento social, mental, económico, de todo lo relativo a lo que nos está sucediendo.
Entonces volvemos al pasado, nos calificamos y lo hacemos con los demás.
Nuestros méritos se hacen imposibles de valorar, porque nadie nos compara con otros, y esperamos el cariño máximo, cuando muchos heridos por la lejanía o pérdida, de seres queridos, nos es imposible dar. Cuando leí tu escrito supe que no eras tú. Porque nadie que tiene un amor a su lado a toda prueba; desde hace tanto tiempo, puede pensar en pequeño.
Si el estar solo, aunque acompañado, nos hace avistar a la igualadora, como nuestra vecina; es algo para mi sentir positivo. Porque esto pasará, y tendremos el día después decisivo.
No te gustaría escribir sombre esto?
Capacidad, educación, oficio, ternura y amor por la vida, es lo que te sobra.
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De entonces a hoy, han pasado muchas cosas, amiga Stella, y sí… ya he escrito sobre esto alguna vez más.
Un abrazo muy fuerte, querida Stella.
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