El demonio, el azar, la cruel incertidumbre y … Benedetti

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Imagen: Jan Saudek

12 noviembre 2019

Me preguntaba un ser maligno  en una más de mis tormentosas noches de mi especial otoño, un trío de cosas ininteligibles para un mortal en decadencia cual pensaba él que pudiera ser mi caso y todo ello para seguir, inexorablemente, ir mejorando mi notable y más que probable y cercano,  ocaso:

  1. Veamos Enrique, tú que te crees tan listo … ¿Podrías decirme como se llama esa línea ondulada que se coloca encima de la Ñ para que se lea y suene como tal? … Virgulilla, le dije.
  2. Bueno, Enrique, has superado la primera prueba para no ser quemado en la hoguera de los impíos y de los que nunca han dicho la verdad cuando salen o salían de noche en un viaje de negocios. Veamos si sabes, también, esta respuesta: ¿Cuantos pitidos suenan en las señales horarias de las emisoras de radio al anunciar, precisamente, una nueva hora? … Seis, le dije.
  3. Bravo, Enrique, (me dijo el ser maldito que me acribilló con esas inesperadas preguntas), pero ahora tienes que ser menos listo y más sincero porque voy a lanzarte la última y definitiva pregunta: ¿Cómo se llama y quién escribió este bello, cruel y extraordinario, poema que aquí te dejo? …

¿Cuánto me queda?
¿siete? ¿diez? ¿quince setiembres?

¿le pregunto al azar
acaso porque sé
que el azar no responde?

y así y todo
el azar
¿es realmente un azar?

aún no he movido el rey
y la torre está quieta
o sea que hasta aquí
puedo enrocar mis riesgos

no instruí a mi reloj
para mañana
no hay por lo tanto garantía
de despertar a tiempo

por otra parte
sé proteger el sueño
con mis gastados párpados
de manera que puedo arrimarme soñando
a esa espléndida nada
nada prometedora

la misma nada en que se despeñaron
mis hermanos de siempre
también los bienvenidos
que un día se malfueron

entre otros mi padre con su asfixia
y su postrer mirada
de candoroso pánico

¿qué diferencia podrá haber
ahí en tan hueco enigma
entre las vidas transparentes
y las compactas de asco
entre los tiernos pechos
de la hermosa lujuria
y los verdugos con medallas?
¿habrá acabado la noticia?
¿terminado el pronóstico?
¿borrada la memoria?
¿degollado el futuro?
la sobornable amnesia
del imposible dios
¿será infinita?

¿tal vez la única igualdad posible
entre yo mismo y la inminente
carava de prójimos
será el no ser
el no existir?

¿nadie será ni más ni menos
inexistente que otros?
¿o por ventura o desventura
habrá tal vez un colmo
de oscura inexistencia?
¿una nada más nada
que las otras?

ante tan humillante incertidumbre
¿no sería mejor
confiar tan sólo en nuestras huellas
nuestro jadeo nuestro limo
en el amor que desentrañan
dos vértices de musgo
en los odios y los mitos que inventamos
en las palabras como norias
en las palabras como sueños?

antes que el indecente
rasero igualitario
del no pensar
el no existir
no amar
no disfrutar
no padecer
¿no será preferible
la sideral distancia
que separa
lo justo de lo injusto?

francamente me asquea
la rara vecindad de mi no ser
con el canalla ahora inexistente
mi próximo no prójimo
en el amplio vacío

¿cúanto me queda?
¿siete? ¿diez? ¿quince setiembres?

¿y qué es después de todo
eso que espera?

¿la noche interminable?
¿un sol sin atenuantes ni crepúsculos?
¿la calima tediosa?
¿la noche? ¿alguna noche?
¿la noche como muro?

lo cierto es que no tengo
con respecto a esa noche sin murciélagos
ninguna expectativa o esperanza

¿o será que la muerte
no es realmente mi noche predilecta?

le pregunto al azar
al mudo
sordo
ciego

le pregunto al azar
le pregunto al azar

desalentadamente
le pregunto al azar
que no responde

¿estará mudo sordo ciego?

¿o para nuestro escarnio
habrá muerto
el azar?

No quise contestarle, ni supe, Ni el azar ni Benedetti me hubieran dejado hacerlo ante tan abominable ser, que, como todos esos malvados e imaginarios seres que se me presentan desnudos y envueltos en fuego todas las noches, acaban despareciendo en el mismo instante en que me siento vivo.

Luego, ya despierto y vivo como un cangrejo en agua hirviendo y sin saber por qué, me desperté, pecho mojado, cara mojada y ojos como platos … supe que solo era un sueño, salté de la olla hirviendo, me abracé a ella y comencé, por fin, a dormir plácidamente.

 

 EnriqueTarragóFreixes

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""Grito que no creo en nada y que todo es absurdo, pero no puedo dudar de mi grito y necesito, al menos, creer en mi protesta""" (Albert. Camus)
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8 respuestas a El demonio, el azar, la cruel incertidumbre y … Benedetti

  1. todo un desafío el azar amigo
    un abrazo

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  2. Mejor no preguntarle al azar y seguir soñando aunque ellos tampoco te digan gran cosa…aunque a veces se dejan caer con imprevistos. Un abrazo.

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  3. Vaya trío querido Enrique (el demonio, el azar y la incertidumbre) debatirse entre las preguntas de Benedetti o contestarle al horrible ser que te increpaba, o confiar en el golpe de suerte que podías tener. Ninguna mezcla mejor par tener una pesadilla.
    Menos mal que como dices, estaba ella y pudiste anclar tu sueño a puerto seguro.
    Aunque las dos respuestas que diste, son geniales.
    Un abrazote y feliz descanso cuando toque.

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