12 agosto 2017
Leído hace ya mucho tiempo de un hermoso libro bloguero de un amigo que ya se fue. Vaya esta bloguería en su recuerdo:
Un padre económicamente acomodado, queriendo que su hijo supiera lo que es ser pobre, lo llevó para que pasara un par de días en el monte con una familia campesina. Pasaron tres días y dos noches en su vivienda del campo.
En el automóvil, retornando a la ciudad, el padre preguntó a su hijo:
– ¿Qué te pareció la experiencia?..
– Buena – contestó el hijo con la mirada puesta a la distancia.
– Y… ¿qué aprendiste? – insistió el padre…
El hijo contestó:
1.- Que nosotros tenemos un perro y ellos tienen cuatro.
2.- Nosotros tenemos una piscina con agua estancada que llega a la mitad del jardín… y ellos tienen un río sin fin, de agua cristalina, donde hay pececitos.
3.- Que nosotros importamos linternas del Oriente para alumbrar nuestro jardín…mientras que ellos se alumbran con las estrellas, la luna y Velas sobre la mesa.
4.- Nuestro patio llega hasta la cerca.y el de ellos llega al horizonte.
5.- Que nosotros compramos nuestra comida;…ellos, siembran y cosechan la de ellos.
6.- Nosotros oímos CD’s… Ellos escuchan una perpetua sinfonía de golondrinas, pericos, ranas, sapos, chicharras y otros animalitos….todo esto a veces dominado por el sonoro canto de un vecino que trabaja su monte.
7.- Nosotros cocinamos en estufa eléctrica…Ellos, todo lo que comen tiene ese sabor del fogón de leña.
8.- Para protegernos nosotros vivimos rodeados por un muro, con alarmas…. Ellos viven con sus puertas abiertas, protegidos por la amistad de sus vecinos.
9.- Nosotros vivimos conectados al celular, a la computadora, al televisor… Ellos, en cambio, están «conectados» a la vida, al cielo, al sol, al agua, al verde del monte, a los animales, a sus siembras, a su familia. El padre quedó impactado por la profundidad de su hijo…y entonces el hijo terminó:
Gracias papá, por haberme enseñado lo pobres que somos!
Inicialmente publicado en Expedito Catalá Monzó 5 de noviembre de 2011 ·
Bonitoo
Quién dio la lección a quién.??
Vivimos en un lujo inexistente
👏👏👏☺
Buen sábado
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Totalmente, amigo LyS y de un modo absolutamente irresponsable. Lo peor, no obstante – y eso hace que, a veces, me quede más tranquilo – es que mi Padre decía a mi edad actual, más o menos lo mismo. ¿Será que las canas y el calendario nos hacen volver más sabios … o todo lo contrario? Como dicen los franceses «qui le sait?»
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Jaja
Será eso
Saludos
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En efecto, la diferencia entre una vida al natural o una vida en conserva, llena de aditivos y sucedáneos. Un abrazo, Enrique
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Cuanto mme gustaría volver a empezar para quedarme allá en mi San Agustí de LLuçanes en los 50, cuando me curaban de un asma «incurable» y beber la leche del cubo del ordeño, y los tomates y la fruta del huerto … ¿O no? no lo sé amigo Icástico, pero ahora mismo daría la otra mitad que me queda para tocar una de esas bellas vacas y abrazar a mi viejo perro.
Feliz fin de semana, amigo
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Por lo menos edificaste bien tu infancia de recuerdos, yo no tuve pueblo ni aldea ni nada de eso que merezca entregar la mitad de lo que me queda, y no es que sea de gran valor.
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Tu amigo te dejó, nos dejó, todo aquello intangible que es lo que verdaderamente nos hace ricos. Feliz sábado,
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Lo intangible, ay amiga Paz, tienes razón, cuan importante es.
Feliz sábado también para ti
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Sin palabras me he quedado con todo el vello de punta… Es maravilloso. Me alegra que lo hayas compartido, porque este tipo de entradas engrandecen el alma. Besos a tu corazón, amigo querido.
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Tu alma si es importante y grande, amiga Mar.
Un abrazo muy fuerte
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