Uno de mis más queridos y solitarios vegetales
02 septiembre 2016
A veces creo que tenemos mucho que aprender de mis queridos vegetales … se puede, sí, la soledad no es siempre una condena, a veces es una bendición. Mándalo a freír churros – le diría a cualquiera de mis poco felices amigas, mi querida Juli … hoy viuda y feliz. La reencontré esta mañana, (a Juli), y me lo ha repetido justo en el oído bueno, (el derecho), y frente a ese erecto vegetal, el ejemplar por excelencia del camino del reencuentro: “Se lo digo a todas mis amigas, Enrique; no pierdas tiempo y hazlo en juventud … luego te arrepentirás” – y mi querida amiga, hoy, a sus sesenta y tantos, una muy feliz viuda … y de muy buen ver … una mujer cañón … una mujer liberada.
Hay veces que es sana y necesaria 🙂 besos enormes Enrique !!!
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Imprescindible, demasiadas veces, querida Silvia.
Un abrazo de viernes.
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Otro abrazo con muchos besos Enrique 🙂
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No puedo estar más de acuerdo: será por la práctica? ??😂😂😂😂. Coincidimos en oído, vaya, vaya!!!
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jajajaja, Lourdes, yo lo aclaro siempre por si alguien cree que no quiero escucharle.
Un abrazo, amiga.
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Hay en el balneario en el que voy, un árbol muy grande y solitario, pero creció tanto..tanto que ocupó la acera y dejó unos centímetros entre él y el muro. No se puede pasar de frente, sólo de costado y pidiendo permiso. Muchas veces la soledad crece igual que árbol de la foto, o el de mi ejemplo. No sé si va con los años, no es tema de liberación para mí..
Un abrazo desde el frío y lluvioso sur.
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Tu comentario con tu ejemplo, me ha hecho meditar amiga Stella … hoy pensaré en ello.
Un abrazo.
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